En los últimos años, hemos sido testigos de una simbiosis cada vez más estrecha entre el mundo del marketing y la publicidad con la industria de la música y los conciertos.
Esta unión, ha transformado la manera en que se promocionan, distribuyen y consumen las experiencias musicales, creando un escenario en el que el arte y los negocios se unen de manera creativa y beneficiosa para ambas partes.
Sabemos que desde hace miles de años, la música ha sido una manera de expresión artística tan pura, que trasciende las barreras culturales y emocionales. Sin embargo, la era digital en la que vivimos, ha contribuido a que la exposición de esta música sea más accesible y diversificada, gracias al marketing y publicidad.
El streaming ha sido un catalizador clave en esta relación. Spotify, Apple Music y YouTube, no solo han cambiado la forma en que escuchamos música, sino que también han proporcionado un terreno fértil para que los profesionales del marketing y la publicidad colaboren con artistas. Incluso también podemos encontrar grandes estrategias en plataformas como Netflix, HBO, Amazon Prime, etcétera.
Un ejemplo icónico de cómo el marketing y la música pueden fusionarse para crear un resurgimiento espectacular en la carrera de un artista, es Luis Miguel. Su serie biográfica en Netflix, no nada más proyectó nuevamente luz sobre su vida personal, sino que también generó un interés en su música, especialmente entre las generaciones más jóvenes que no estaban familiarizadas con su trabajo.
Esta exposición revitalizó su carrera, aumentando abismalmente las reproducciones de sus canciones en plataformas de streaming y llevándolo a la realización de giras exitosas con SOLD OUT prácticamente en todas sus fechas.
Taylor Swift es otro gran ejemplo de cómo las estrategias empoderan al artista. La capacidad que tiene para conectarse con los fans y adaptarse a las tendencias actuales, es inigualable. Un caso destacado fue su álbum “1989”, en el que experimentó con un estilo pop más pegajoso y dejando el country muy atrás. Dentro de las estrategias, incluyó la eliminación de su música en Spotify por un tiempo, generando un debate público y aumentando el deseo por escucharla. Además, Swift ha utilizado las redes sociales para interactuar directamente con sus seguidores, generando una comunidad leal y 100% comprometida.
Ahora, hablemos un poco de la promoción musical a través del streaming. Bad Bunny, es conocido por su innovación en la música urbana. Su éxito no radica únicamente en sus ritmos y letras contundentes, sino en cómo ha sabido aprovechar al máximo las herramientas disponibles en la era digital.
Un ejemplo claro de su enfoque revolucionario, fue el lanzamiento de su álbum “YHLQMDLG”, pues en lugar de seguir una estrategia de marketing tradicional, decidió sorprender a sus seguidores lanzando el álbum inesperadamente en las diferentes plataformas. También, hace colaboraciones con otros artistas y todo esto genera conversaciones en línea y mantiene el interés de su audiencia en aumento constante.
Así podemos ver que la relación entre marketing, publicidad, música y conciertos, ha evolucionado de manera notable en los últimos años. Si se aborda con sensibilidad y equilibrio, esta colaboración puede brindar oportunidades emocionantes para los artistas, al tiempo que garantiza que la esencia y el impacto emocional de la música, sigan siendo el núcleo de la experiencia.
El futuro seguramente nos deparará más innovaciones en esta convergencia, redefiniendo constantemente cómo experimentamos y nos relacionamos con la música en todas sus formas.
Por Dulce Lara, Content Specialist and Copywriter en SpicyMinds.